29 de mayo de 2006

El Código da Vinci

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Saludos del Dardo

Hoy os muestro lo último que he recibido en mi correo electrónico. Es sin duda, algo que va a dar que hablar a muchos, no sólo por su contenido, también por quién lo ha firmado y lo ha escrito. En parte, últimamente, me identifico con el Código Da Vinci. ¿Sabremos diferenciar lo que es cierto y lo que no? Comencemos el viaje a lo desconocido de la mano de José de Segovia Barrón es periodista, teólogo y pastor en Madrid.

Jesús y El Código da Vinci

Por: © J. de Segovia. ProtestanteDigital.com (España, 2006).


Esta semana se estrena la película sobre El Código da Vinci. Su éxito ha desbordado ya los límites de su dudoso valor literario, para convertirse en un auténtico fenómeno sociológico y religioso, puesto que llama de nuevo la atención sobre la figura de Jesús. ¿Qué fascinación produce todavía Jesús, en una sociedad tan secularizada como la nuestra?, ¿por qué sigue siendo un misterio para muchos?, ¿o es que hay alguna verdad detrás de todas estas extrañas historias?

El Código da Vinci es la historia de cómo un profesor de Harvard, Robert Langdon, y una experta en criptología de la policía francesa, Sophie Neveau, aúnan sus fuerzas tras un misterioso crimen cometido en el Museo del Louvre, para buscar una vez más el secreto del Santo Grial, que ya no se trata de la copa de la Última Cena de algunas sagas artúricas, sino de María Magdalena (“la mujer a quién Jesús había encomendado la tarea de fundar la Iglesia” y por la “que Cristo había tenido descendencia”, pág. 271). Esto no sólo acaba con “cualquier idea de divinidad asociada a él”, sino que da lugar a una organización secreta llamado el Priorato de Sión, que mantiene su descendencia y sigue venerando a una diosa madre por medio de una serie de ritos sexuales, como los antiguos cultos paganos de fertilidad.
Esta sociedad no ha existido nunca. Aparece por primera vez en un libro publicado en inglés en 1982 por los autores de El enigma de lo sagrado (1987), Michael Baigent, Henry Lincoln y Richard Leigh. Esta obra mantiene la peregrina idea de que todavía hay en Europa descendientes en la carne de Jesús, relacionados nada menos que con la casa real francesa de los merovingios. Pero ¿cómo se puede probar semejante árbol genealógico? Para Dan Brown, esto no importa tanto, ya que “tampoco se puede demostrar la autenticidad de la Biblia” (pág. 273). Aunque el escritor de El Código Da Vinci cree que tiene que haber documentos “no manipulados”, anteriores a Constantino, que muestren que “los primeros seguidores de Jesús lo reverenciaban en tanto que maestro y profeta humano” (pág. 273).
Porque según esta novela, Jesús puede ser cualquier cosa, menos Dios. Esto lo confirmaría además el pretendido documento Q, ¡que Brown está tan bien informado, que piensa que “supuestamente, se trata de un libro con las enseñanzas de Jesús escritas tal vez de su puño y letra”!. Ante la sorpresa de Sophie al oir que puede haber “escritos del propio Cristo”, ese gran especialista que pretender ser Teabing, le pregunta: “¿Por qué no podría Jesús haber llevado un registro de su Ministerio? En aquellos tiempos casi todo el mundo lo hacía”. ¡Hasta ese punto llega la ignorancia del autor!

¿SON FIABLES LOS EVANGELIOS?"
Cualquiera que sepa algo de Historia antigua, sabe que la comunicación en los días de Jesús era básicamente oral. La información funcionaba entonces de boca a boca, gracias a la concentración y buena memoria de los discípulos de cualquier maestro. La enseñanza oral era considerada entonces incluso como algo más importante que la escrita. Pero ¿cómo pueden ser entonces fiables los documentos del Nuevo Testamento? Bueno, en principio, son tan fiables como cualquier otro documento de la antigüedad. En primer lugar porque se trata de testimonios contemporáneos, ya que no hay ningún estudioso que feche los cuatro Evangelios más allá del año 100, después de Cristo.
El problema para Brown es que “la Biblia moderna ha sido compilada y editada por hombres que tenían motivaciones políticas”. Pero ¿cuáles son estas motivaciones? Sobre todo “proclamar la divinidad de un hombre, Jesucristo, y usar la influencia de Jesús para fortalecer su poder” (p. 252). Eso es tan evidente para el autor de El Código da Vinci, que hasta “el clero moderno está convencido de que esos documentos son falsos testimonios”. Por lo que “casi todo lo que nos han enseñado nuestros padres sobre Jesús es falso”. Esto lo sabemos, según Brown, porque hay otros Evangelios además de los que están en la Biblia. Pero ¿cuáles son estos Evangelios?
Siempre ha habido Evangelios que la Iglesia ha considerado como apócrifos, pero la mayoría eran muy posteriores a los cuatro Evangelios. Tratan generalmente sobre su infancia y cuentan historias sobre milagros que Jesús pudo hacer de niño, que aparecen con frecuencia en la Historia del Arte. Hay otras muchas historias extrañas sobre Jesús que vienen de movimientos esotéricos del siglo XIX, como el Evangelio de Acuario del teólogo francés católico convertido al espiritismo Eliphas Leví o el libro del periodista ruso Nicalai Notovich sobre los llamados años perdidos de Jesús en el Tibet. Todos ellos pasan por alto el hecho de la Cruz, para imaginar supuestos viajes por diferentes lugares de Oriente, muriendo finalmente en algún lugar de la India, pero obviamente no hay ninguna base histórica para ellos. Muchos de ellos son de hecho comunicaciones espiritistas, como el mito de Urantia, nacido en círculos adventistas de Chicago en los años veinte, que plagia finalmente Benítez en El Caballo de Troya.

Pero ¿no hay otros Evangelios más antiguos? Ya que Brown no se refiere a ninguno de éstos. ¿Dónde están “algunos de los Evangelios que Constantino pretendió erradicar y se salvaron” (p. 251), según la novela? El personaje del libro parece pensar en Qumrán y Nag Hammadi. El problema es que los manuscritos del Mar Muerto no tienen más cita sobre Jesús que el supuesto fragmento del Evangelio de Marcos, que lo que haría es demostrar aún más su antigüedad. Y los llamados evangelios gnósticos, que se encontraron en Egipto no sólo no cuentan “la verdadera historia del Grial”, sino que tampoco “hablan del ministerio de Cristo en términos muy humanos”, porque son precisamente eso, textos gnósticos, por lo tanto bastante espiritualistas. La mayor parte de ellos son además colecciones de citas de los Evangelios que ya conocemos.
¿FALTA DE EVIDENCIAS?"

Por lo que no nos engañemos, nuestro problema para aceptar la verdad del cristianismo no es realidad falta de información. Ya que en el fondo, no es una cuestión intelectual, como si simplemente nos faltarán datos para poder aceptar las evidencias sobre la verdad de Cristo. En realidad es un problema moral y espiritual. Karl Popper decía ya en 1969 que “la teoría social de la conspiración es una consecuencia de la falta de Dios como punto de referencia y de la consiguiente pregunta: ¿quién lo ha reemplazado?”. Cuando dejamos de creer, inevitablemente tenemos que seguir creyendo en algo o alguien, sea la Madre Naturaleza o aquello para lo que vivo, ya que como diría Bob Dylan, “todos tenemos que servir a alguien”.
Es por eso que bíblicamente, en realidad el no creyente no existe. O crees en el Dios verdadero, o sirves a un ídolo. No hay otra opción posible. Así que si no aceptamos los Evangelios es sencillamente porque no queremos. Preferimos ver a Jesús como a nosotros nos guste. Alguien que hable de amor y paz, sí, pero que no nos diga cómo tenemos que vivir. En todo caso que nos lo muestre como ejemplo. El problema es que el cristianismo, a diferencia de tantas otras religiones, no se basa en unas ideas éticas o espirituales, cuya enseñanza podamos seguir independientemente de la historia y la vida de su fundador. Está claro que para el budista, lo importante no es Buda, sino el camino que él mostró. Pero el cristianismo es Cristo.
El cristianismo es diferente a cualquier otra religión, porque se trata de la relación con una persona. Pero para conocer a Jesús, tienes que leer los Evangelios. No hay otra forma de acercarse a él. Puedes imaginarlo de otra manera, pero ese no es el Jesús de la fe, que podamos contraponer al Jesús histórico, sino que no es más que el Jesús de nuestra imaginación. La fe cristiana en ese sentido es una fe histórica, no porque tenga veinte siglos, sino porque depende de la Historia. Y aunque a algunos les resulte difícil de creer, “los autores antiguos a veces quieren decir lo que dicen, y en ocasiones hasta saben de lo que hablan”...

Fuente: José de Segovia Barrón es periodista, teólogo y pastor en Madrid.
© J. de Segovia. ProtestanteDigital.com (España, 2006).

26 de mayo de 2006

Viaje a la cuna del Indalo

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FIN DE SEMANA
Visita a la cuna del Indalo
Foto y comentario: Andrés Campos, periodista y escritor.
La cueva de los Letreros guarda en una pintura el símbolo de Almería
Representación de una figura humana que parece saltar a la comba, el Indalo es el vecino más célebre de Vélez-Blanco. Un pueblo que conserva su elegante castillo renacentista y que mira a la sierra de María.
Una de las escaleras que suben al castillo del marqués de los Vélez (entrada gratuita), construido a principios del XVI sobre las ruinas de una antigua alcazaba.

Algo que siempre me ha llamado la atención y sobre de lo que se ha hablado bastate es, sin duda, el Indalo. Sobre el origen del Indalo, el icono más conocido de Almería, hasta que triunfó David Bisbal, existen dos versiones. La abreviada, la de los folletos turísticos, explica que es una pintura rupestre de la cueva de los Letreros, en Vélez-Blanco, y que su nombre deriva del ibérico "indal eccius": mensajero de los dioses. También hay una versión más larga, menos fidedigna pero más divertida.

Dicha historia comienza en 1945, año en que varios artistas almerienses, guiados por el pintor Jesús de Perceval, decidieron fundar un movimiento regenerador de la cultura provincial y adoptar, como símbolo propio, un idolillo de barro, tocado con sombrero de copa, que les habían vendido asegurándoles que era de tiempos de los fenicios. Como se parecía a un tal Indalecio, que frecuentaba las tertulias del grupo, le llamaron Indalo. El Movimiento Indálico marchaba viento en popa e incluso lo alentaba desde Madrid el filósofo Eugenio d'Ors, cuando se descubrió que el idolillo era obra de un alfarero murciano de Totana. A fin de sortear el escollo, no quedó más remedio que buscar otro símbolo de antigüedad menos dudosa, y así es como se acabó recurriendo a la inscripción prehistórica que hoy todo el mundo reconoce como emblema de Almería: un monigote en forma de aspa, que parece estar saltando a la comba.
En busca del auténtico Indalo, nos acercamos a la cueva de los Letreros de Vélez-Blanco, la más famosa de las 25 estaciones de arte rupestre que salpican la sierra de María. En sus paredes vemos panes, soles e incluso un brujo con un aspecto muy simpático. Y distinguimos, también, un arquero que está acechando a unas cabras. Pero lo cierto es que entre este espontáneo cazador y la pegatina simétrica que adorna los coches de la provincia median 18.000 años de inventiva, incluida la de unos artesanos de Mojácar que, según la versión larga de la historia, estilizaron la figura en los años sesenta del pasado siglo.
Las autoridades turísticas de Almería promocionan Vélez-Blanco como la cuna del Indalo, lo que no debe distraer de los otros atractivos, fuera de toda duda, que tiene este pueblo de 2.000 habitantes. En lo más alto de la población se recorta, por ejemplo, la elegantísima silueta del castillo del marqués de los Vélez, que trazaron arquitectos italianos a principios del siglo XVI sobre las ruinas de una antigua alcazaba musulmana. El magnífico patio, delicada pieza escultórica del Renacimiento realizada en mármol, fue vendido por los propietarios a un coleccionista particular en 1904, y desde 1964 se exhibe en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York. A los pies del castillo se acurruca el barrio de la Morería, con calles empinadas y casitas blancas, y por todos los rincones surgen fuentes -como las de la Novia, de los Cinco Caños, de Caravaca, del Mesón- de chorros gruesos y de linfas tan gélidas que, aun en el rigor del estío, anestesian boca y paladar.

Crestas calizas
A la belleza cegadora de su caserío, Vélez-Blanco suma la de su emplazamiento: en los primeros recuestos del cerro Maimón, vigilando la entrada a la sierra norteña de María (declarada parque natural en 1987), que conserva masas seculares de encinas y pinos carrascos, así como una atmósfera inmaculada en sus crestas calizas (cerro Burrica, 2.045 metros), reino de las águilas y, en invierno, de las nieves, visitantes desconocidas en el resto de Almería. De la media docena de senderos que hay señalizados en el parque natural, el más recomendable es el que atraviesa la sierra uniendo Vélez-Blanco con el pueblo de María.
El paseo lo iniciamos subiendo desde el castillo hasta la cercana carretera comarcal 321 y avanzando por ella en dirección a María, para, a los 300 metros, doblar a la izquierda por una pista de tierra que repecha por la umbría del Maimón. En un cuarto de hora arribamos a un mirador con soberbias vistas del castillo y de las Muelas de la sierra del Gigante. Y, en una hora más, al cortijo del Peral, donde un pastor sobrevive con un puñado de cabras y otro de almendros, en una soledad que estremece. Rechazando un desvío a la izquierda -a la cueva Botia, según un letrero-, pronto alcanzamos un collado donde la pista comienza a declinar por la vertiente norte de la sierra. Pero antes de bajar, merece la pena encaramarse a la desnuda cresta inmediata para gozar del enorme panorama: a naciente, Sierra Espuña (Murcia); a poniente, Sierra Nevada (Granada), y, al noroeste, la sierra de Segura (Jaén), entre cuyas cumbres, con la ayuda de unos prismáticos, vislumbramos los Montes de Toledo. Ya sólo queda descender, por el frescor del pinar, al pueblo de María (tres horas desde el inicio). Y volver a Vélez-Blanco, en otro par de horas, por la carretera comarcal, fijándonos en los pinos carrascos que la jalonan.
Además de Vélez-Blanco y de su entorno natural inmediato, la comarca ofrece otros tesoros monumentales, como la iglesia barroca de la Encarnación, en Vélez-Rubio. O etnográficos, como el Museo del Esparto, en El Contador, una pedanía de Chirivel. Y didácticos, como el jardín botánico de la Umbría de la Virgen, en María. Cerca de este último se alza desde el siglo XVI la ermita de la Virgen de la Cabeza, un santuario prodigioso, que unos días aparece blanquísimo sobre el telón de fondo de la verdinegra pinada, y otros desaparece. Es el milagro de la nieve en Almería.
Os recomiendo visitarlo tranquilamente o de pasada. De cualquier forma, disfrutad del tiempo libre cuando se tiene, es lo mejor que podéis hacer.
Saludos y buen fin de semana lectores

25 de mayo de 2006

Miedos incontrolables

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Miedo al "Miedo"
Dado que para que un acto pueda ser realmente imputable es menester que su autor haya obrado con conocimiento y libertad, el miedo (como el error o la violencia) se opone a la validez e imputabilidad de los actos; pero no siempre de una manera absoluta, sino que en cada caso se determinará hasta qué punto el miedo a ofuscado la inteligencia y dominado la voluntad.

El miedo puede ser motivado por un peligro real o imaginario, puede atribuirse a una causa natural, o bien ser efecto de una intimidación o amenaza; puede ser grave o leve, presente o futuro.

De aquel horrible sentimiento o enfermedad, que a muchas personas les acosa a diario y en cualquier lugar, hoy os hablaré en el relato que os presento a continuación. Dicho relato, dice así:

“Luchar contra el miedo”

Tengo miedo.

Me asusta cuando empiezo a divisar la nube negra más allá del horizonte, cuando me enmaraño en hilos de negatividad, cuando me escondo en mis palabras y dejo de sentirme bien conmigo mismo.

Entonces me acuesto con él agarrado a mí y me tapo con mis sabanas fuertemente todo el cuerpo, para no dejarle ningún sitio a aquella nube negra que me persigue; y respiro profundo, tan profundo que logro sentirme dentro de mí; y, entonces, pienso; y busco miles de colores para pintar un cielo imaginario, unas fronteras que cierren el paso para siempre a aquella nube negra…

Vuelo con mi brocha, como Piter Pan, intentando construir un cielo repleto de maravillosos colores para espantar a las tinieblas. Entonces, intento pintar las nubes de colores, con colores llamativos, atrayentes y subjetivos. Las unto de amarillo para que me traigan luz y alegría; también de azul, para dar paz y tranquilidad a mis nervios; un poco de verde para que se llenen de esperanza siempre mis días; algo de morado para que me ayude a soñar y a descansar tranquilo y acabo untándolas con algo de rojo y naranja para que me den calor en las noches solitarias y frías… Y, al fin, he acabado este cielo que he construido a conciencia. Y acabo soñando que las malvadas nubes jamás podrán borrar tanto color en mi vida.

Y descanso por un momento y duermo como un recién nacido. La intimidación me ha abandonado por un instante. Me siento libre de ataduras incontrolables. Libre de toda presión o fuerza que oprimía mi alma y mi mente.

Entre este mundo de color me voy quedando dormido, y comienzo a soñar…
A soñar que sonrío, que descubro de nuevo la gran persona que soy, que sueño y que bromeo… en fin, sueño que soy feliz. Sueño que el cielo que pinté de mil colores ha borrado para siempre las nubes negras.

Pero despierto. Algo me ha desvelado de aquel maravilloso sueño. Entre el recuerdo de mi cielo y del que vuelvo a ver, me doy cuenta de que no he sido capaz de vencer a las malditas nubes negras, nada más que un rato. Y es cuando pienso y sé que, inconscientemente, al acercarse las nubes negras, yo soy el culpable de que estén presentes. Pues yo acelero su llegada.

Por eso me siento impotente, vacío, perdido… por no saberme llenar los días de sonrisas ni el cielo de mil colores.

Posted by El pequeño Dardo


Realmente, del miedo se han escrito y dicho muchas cosas. En la mitología se hablaba del miedo a la muerte y todo lo que envuelve a su contesto, se veía como algo místico y enigmático. Se hacía apología del terror. No quiero despedirme sin mostraros otra historia que me cautivó y espero que a ustedes también.

La historia de Caronte, El barquero de los infiernos.

Siempre me ha cautivado la Mitología Griega y dentro de la infinidad de personajes místicos e históricos, que han aportado tanta luz a la filosofía y a la historia del arte, me quedo sin duda con Caronte, el barquero de los infiernos. Su historia me llamó la atención cuando estuve estudiando filosofía trascendental o el camino a la vida después de la vida.

Dicen, según la Historia de la Mitología Clásica, que Caronte, el barquero de los infiernos, para entrar en su reino, que es el reino de los muertos, las almas debían de enfrentarse y atravesar el Aqueronte montadas en su barca. Él, se presenta, con aspecto de anciano, de barba blanca y de mal humor e inflexible con aquellas personas que no eran capaces de entregarle el óbolo requerido. En la tradición griega, Caronte no es un personaje perverso ni maligno, pero en cambio los etruscos daban el mismo nombre (bajo la forma de Charun) a un dios sanguinario y cruel que, por ciertos rasgos (nariz ganchuda, orejas puntiagudas, rostro gesticulante), prefigura la representación cristiana de los demonios. Este Caronte etrusco aparece en los campos de batalla destrozando a los combatientes, armado con una enorme maza; en los infiernos, maltrataba a los muertos.

Pero hay no termina la historia del barquero de las tinieblas, porque, quizás, lo más extraño de Caronte es su hábitat. Lo más significativo de todo lo que envuelve al personaje mitológico es que su universo místico, es el mismo universo que el nuestro. Caronte, por ser tan odiado por todos los habitantes de la tierra, fue desterrado de nuestro planeta y, en consecuencia, le destinaron un lugar donde poder cultivar a gusto todo su rencor hacia los seres humanos. Para ello le asignaron Plutón, un pequeño mundo helado, compuesto de hielo y rocas, con una atmósfera muy tenue que aún se desconoce su composición. Plutón, el díos de los infiernos, es el nombre del noveno planeta en astrología. Y es el adecuado para Caronte, porque es un astro que se encuentra en las tinieblas, en una región donde apenas llega la luz del Sol.

En la Mitología Romana, Plutón era también llamado (Hades) que es el hermano de Júpiter (Zeus) y Neptuno (Poseidón). Cuando estos tres dioses se repartieron el gobierno sobre el Universo, a Júpiter le correspondieron los cielos y la tierra; a Neptuno, los mares y a Plutón el inframundo, los infiernos.

Es sorprendente la Mitología y, ante todo, las leyendas y mitos que viajan por la red, pero en especial el legado que nos dejan los libros de texto y las historias que aprendimos cuando éramos unos canijos y queríamos saber más sobre todo lo que nos envolvía y nos asustaba.

Saludos.

Firma: Alberto Zambade Santiago
Estudiante de Sociología.

24 de mayo de 2006

¿Sueño o Premonición?

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Sueños Premonitorios
Cuadro: Vilma Penrroz
Título: Sueños
Durante el sueño parece que se nos abran otros mundos. Con frecuencia, nuestros sueños nos transportan a tiempos y lugares remotos; nos encontramos a nosotros mismos entre personas y cosas que nos son familiares, aunque extrañamente transfiguradas. Hacemos cosas que nos resultarían imposibles estando despiertos, o nos encontramos paralizados e incapaces de realizar la más simple de las acciones. A veces tenemos la sensación de poseer un conocimiento profundo que daría sentido a toda nuestra vida, conocimiento que olvidamos al despertar o que nos parece incoherente. Y quizás, a veces, los sueños nos proporcionan un conocimiento real, una visión de un futuro que acontecerá en realidad.
La naturaleza de los sueños ha desconcertado a la humanidad civilizada desde los primeros tiempos. Alrededor de los sueños se han desarrollado innumerables creencias y cultos. Esto no debe sorprendernos, ya que actualmente ninguna teoría del sueño y de los sueños es aceptada universalmente.
Las antiguas creencias acerca de los sueños se basaban en la idea de que predecían sucesos futuros, y se inventaron métodos complicados para su interpretación. Uno de los más antiguos manuscritos que se conservan, un papiro egipcio de 4.000 años de antigüedad, está dedicado al complejo arte de la interpretación de los sueños. John Dunne, soñó con gran realismo la caída de un tren por un terraplén cerca del puente Forth (Usa). Unos meses más tarde, un tren se precipitó allí.
Un sueño del faraón Tutmés IV, hacia 1450 a.C., se consideró lo bastante importante como para ser grabado en una lápida que fue erigida frente a la Gran Esfinge de Gizeh. Cuenta cómo, cuando era todavía príncipe, Tutmés soñó durante la siesta que el dios Hormakhu le hablaba, diciéndole: "La arena del paraje en el que transcurre mi existencia me ha cubierto. Prométeme que tú harás lo que desea mi corazón; entonces sabré que tú eres mi hijo, que tú eres mi salvador..." Cuando fue faraón, Tutmés retiró la arena que cubría la Esfinge sagrada en honor de Hormakhu, y su reinado fue largo y fructífero, tal como el dios le había prometido en el sueño.
Fuente: Escalofrío

22 de mayo de 2006

La leyenda del mar

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Hoy os presento una Leyenda Celta que me han enviado al correo electrónico. Espero que os guste.

La leyenda del mar salino

Dice una antigual leyenda vikinga, que el rey Frodi, de Dinamarca, recibió en una ocasión de Hengi-kiaptr el regalo de dos piedras de molino mágicas, llamadas Grotti, que eran tan pesadas que ninguno de sus sirvientes ni sus guerreros más fuertes podían darlas vuelta.
Durante una visita a Suecia vió y compró como esclavas a las dos gigantas Menia y Fenia cuyos poderosos músculos y cuerpos habían llamado su atención. De regreso a casa ordenó a sus dos nuevas sirvientas que molieran oro, paz y prosperidad.
Las mujeres trabajaron alegremente hasta que los cofres del rey rebosaban oro y la paz y la prosperidad abundaban en sus dominios. Pero el rey, en su avaricia, ni siquiera permitía a sus sirvientas descansar, por lo que éstas se vengaron moliendo una guerra, provocando la muerte del rey a manos de los vikingos.
El rey vikingo Mysinger tomó las dos piedras y las sirvientas y las embarcó en su nave, ordenando a las sirvientas que molieran sal, que era un producto muy valorado en aquel tiempo. Pero el rey vikingo se volvió tan avaricioso como el rey Frodi, no dejando descansar a las mujeres, por lo que, como castigo, tal fue la cantidad de sal que molieron que al final su peso hundió el barco.
A consecuencia de esta gran cantidad de sal, el mar se volvió salino.
(leyenda vikinga)

Escrita por Pagana

19 de mayo de 2006

La Leyenda de los Seres Pequeños

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"Seres Pequeños"

Hoy os hablaré de la leyenda de los seres pequeños. En algún lugar de no se sabe dónde, existe un mundo lleno de seres increíbles jamás vistos en la tierra, que de vez en cuando entran en nuestro mundo para hacernos jugarretas a los habitantes de la realidad. Gracias a estos seres llenos de magia y encanto, nuestra vida toma un nuevo sentido .... lo real y lo fantástico se unen para hacernos aliados de un sortilegio maravilloso que no tiene principio ni fin.
Nuestra imaginación es un espacio infinito donde cabe el universo entero y algo más... En este lugar habitan seres de todas formas y tamaños... pero los más pequeños y tal vez los más traviesos de todos son los Duendes Mágicos. Su nombre se deriva del árabe duar, el que habita, el habitante. A veces también son llamados trasgu.
Estos seres minúsculos suelen vivir en los bosques, quizás por ser el escondite perfecto para ellos. En cuanto a su personalidad son totalmente impredecibles. De momento son tímidos, discretos y silenciosos para que nadie pueda notar su presencia, pero otras veces son ruidosos y les gusta usar las cosas de los humanos para jugarles bromas, a veces un poco pesadas. Suelen ser muy nobles y serviciales pero también hay algunos que pueden ser bastante maliciosos.
Les encanta danzar en verano bajo la luz de la luna y se dice que en invierno bailan junto a las casas y juegan con los grillos mientras la gente duerme.

Son muy juguetones, alocados y sumamente inquietos, siempre y cuando no estén enojados. Se divierten jugando con las flores, persiguiendo mariposas y sacando a los gusanos de la tierra.
Hace mucho tiempo la gente creía que los duendes ayudaban a que el trigo madurara, que todo lo verde creciera y que pintaban el bosque de distintos colores a la llegada del otoño. También creían que si se enfadaban, las flores se morían y las cosechas se dañaban, por lo que hacían lo que fuera para complacerlos y hacerse amigos de ellos. Las primeras flores, los primeros frutos y las primeras espigas de trigo eran dejados sobre una piedra plana como regalo para los duendes y antes de comer, les echaban un poco de pan o gotas de leche o cerveza en la chimenea para que estos pequeñitos no tuvieran hambre ni sed. Al estar compuestos de materia más sutil que física, permanecen por lo general siendo invisibles y cuando desean manifestarse a un ser humano lo hacen en horas que no hay luz solar.
La transformación de estos seres en otras variadas formas, sobre todo de animales, es algo característico del mundo del que proceden, debido a la materia etérea de la que están compuestos. En nuestro mundo material todas las formas son estables y no suelen cambiar con facilidad, pero en el mundo de los sueños es muy distinto porque allí las formas cambian a voluntad la vida que las anima.
Existe una variedad increíble de duendes, aunque su número ha disminuido ya que también a ellos les afecta el progreso de los hombres. En lugares alejados de las ciudades todavía es posible encontrarlos y, sobre todo, sentirlos, jugándole bromas a los pobres campesinos que tienen la desgracia de que su casa les resulte atractiva. NIBELUNGOS Según las antiguas leyendas germánicas son enanos muy ricos que poseen grandes tesoros. Nibelungose dedican a extraer oro y joyas de las profundas minas significa "habitante de la oscuridad" y según cuentan se dedican a extraer oro y joyas de las profundas minas.
GNOMOS y LILIPUTIENSES: Son más pequeños que los Nibelungos, apenas alcanzan los 15 centímetros de estatura. Gnomo significa en griego "habitante de la tierra". Estos peculiares seres se dedican a inventar objetos extraños que casi nunca funcionan
HOBBITS: Alegres enanos que tienen pies muy grandes, que son flojos y dormilones. Se dice que cuando un Hobbit cumple años, da regalos a sus amigos en lugar de recibirlos.
ELFOS: Son artistas, les gusta cantar, recitar, componer canciones y todo lo relacionado con el arte. Son delgados y de color rosa. Los varones son feos a diferencia de sus compañeras, que son bonitas, de hecho, de ellas deriva el mito de las hadas.
ALUXES Y CHANEKES: En México, se encuentran los ALUXES que están en Yucatán.
CHANEKES: Estos viven en los alrededores de Veracruz, ambos, forman parte de las leyendas mexicanas.
La fantasía y la imaginación son parte de cada uno de nosotros... son el reflejo vivo de aquel niño que todos fuimos alguna vez. El creer o no está en la decisión de cada uno. Pero más allá de los sueños, no podemos dejar de pensar que de alguna manera estos seres fueron una parte muy importante de la vida de hombres y mujeres que hace muchos años vivieron haciendo frente a la maldad de un mundo, debido al cultivo de una espiritualidad que les llevó a creer en todo: reyes, fantasmas, Dios... son herencia de culturas que apenas nacían... ¿Verdad o no? eso queda en cada quién...
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Tormentas

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Fotos de Tomentas Espectaculares

Algunas tormentas antes de formar huracanes, ciclones o cualquier otro tipo de fuerza natural destructiva, pueden crear espectáculos impresionantes como los de las siguientes fotografías.
















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Éstas sí que nos quitarían de la sequía en España, aunque nos traerían otras catástrofes.

8 de mayo de 2006

Sueños Acrobáticos

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Sueño Acrobático

Recuerdo que de pequeño no conseguía dormir de un tirón toda la noche. Lo que hacía era revolcarme entre las sábanas. Menuda pelea me traía con ellas. Así que cada día tenía un despertar diferente. El más espectacular fue cuando, al entrar mi madre a la habitación, como cada mañana, a despertarme, encontró que las sábanas me sujetaban de los pies, mientras yo permanecía colgado de la litera cabeza abajo... Sorprendente ¿Verdad? Cuando me desperté, parecía un acróbata.
Alberto Zambade Santiago (Estudiante de Sociología)