29 de junio de 2006

La leyenda histórica de la Santa Inquisición en Alcantarilla (Murcia)

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Saludos del Dardo

Hoy os presento una nueva leyenda que forma parte de la trágica historia de España de los siglos VXII y XVIII. La he montado con la información que me ha enviado a través del correo electrónico María Soto, y a ella va dedicada esta leyenda y a todos los murcianos va dedicado este reportaje.

La leyenda histórica de la Santa Inquisición y sus reuniones en Alcantarilla (Murcia)
Escrito por: José Riquelme y María Soto.

El Tribunal de la Santa Inquisición se reunía en Alcantarilla (Murcia) en la Casa del Santo Oficio, Casa de las Cayitas o Casa de la Inquisición (tiene tres denominaciones en la actualidad), muestra de la arquitectura de los s. XVII y XVIII. Era uno de los tribunales inquisidores que existían en España.

La Casa de las Cayitas
Aquí se congregaban para celebrar los juicios sumarísimos de la España inquisitorial a prostitutas, homosexuales, brujas... por eso a la localidad de Alcantarilla, se la conoce con el sobrenombre de "pueblo de las brujas", ya que, por aquella época, abundaban en esta plaza.
En dicha casa, o caserón, ahora rehabilitado y convertido en Biblioteca Pública Municipal, aún se conservan las mazmorras donde se encerraba a los condenados, a la espera de la celebración del juicio sumarísimo, para posteriormente trasladarlos, en carros, hasta Toledo, a fin de ejecutarlos en la hoguera o al garrote vil.
Las mazmorras están en el subsuelo y sus ventanitas a la altura de los ojos a ras del suelo. Resulta estremecedor, asomarse desde dentro hacia afuera.
La ventana inferior corresponde a una de las mazmorras

La ventana desde el interior



Una de las mazmorras durante su rehabilitación
La mazmorra rehabilitada y convertida en
sala de reuniones
En el siglo XVIII, según Gonzalo Anes, "la Cédula de 13 de febrero de 1.745 es motivada por la noticia llegada al Consejo de Castilla, de que los inquisidores de la ciudad de Murcia, habían entablado una disputa con el Obispo, con motivo de que el comisario y familiares de la Inquisición de la villa de Alcantarilla habían pretendido, en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, un banquillo privativo y en lugar preeminente a los demás vecinos, la disputa la habían resuelto los mismos inquisidores, y había impuesto censuras y otras penas. Ante tal abuso el rey negó la pretendida preeminencia de asiento y previno al Consejo de la Inquisición que sus ministros delegados en los tribunales de fuera procediesen en lo sucesivo con la debida moderación, absteniéndose de dar principio a semejantes litigios con censuras, prisiones y multas".
El Santo Tribunal fue suprimido durante el reinado de Fernando VII en el siglo XIX y, como referencia de la existencia de este tribunal de la sangre, se encuentra una inscripción en el pie de una pila de mármol de la parroquia de San Pedro Apóstol en la que se advierte la presencia de D. Ginés de Saavedra Pacheco, Comisario del Santo Oficio de la Inquisición, quien diera por su devoción esta pila de agua. La inscripción dice así: "el doctor D. Ginés de Saavedra y Pacheco, comisario del Santo Oficio de la Inquisición, Capellán Mayor de las galeras de España dio por sus devociones esta pila de agua bendita a esta parroquia de la villa de Alcantarilla. Génova año 1.723."
El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición fue instituido en España por bula del Papa Sixto IV, el 1 de noviembre de 1478, a petición de los Reyes Católicos, como medio para combatir el peligro de los judeoconversos que hacían peligrar su política de unidad religiosa, al margen de otras posibles motivaciones socioeconómicas.
Cierto es que el gran número de estos judeoconversos había concentrado en sus manos un gran poder, tanto intelectual como económico y político, y eran mirados con recelo, cuando no con auténtico odio o envidia, tanto por las clases elevadas, como por los más humildes plebeyos.
Era el vocabulario utilizado en aquella época y, entre otras, eran comunes las siguientes palabras: hacienda inquisitorial, confiscaciones, canonjías, varas de alguaciles, juros, inquisidores, fiscales, notarios, masonería, sacrilegios, clero pecador, irreverencias, blasfemias, etc...
La monogamia es característica del cristianismo y el matrimonio indisoluble. En las Cortes de Segovia de 1532, fue solicitado que la infracción se considerase como delito capital, lo que fue rehusado, aunque se concedió la confiscación de la mitad de los bienes del reo. En 1584 las Cortes de Valladolid sustituyeron la pena de galeras por la de 10 años de destierro.
También es probable que los inquisidores vieran en este delito connotaciones con la poligamia musulmana, lo que hizo que en sus primeros momentos fueran muy duros con los bígamos.
A partir de 1573, y por ordenes de la Suprema, cuando los tribunales moderaron su rigor, no pudiendo ser detenidos los bígamos, más que en el caso de que se probase totalmente su primer matrimonio, el número de acusados desciende en casi todos los Tribunales y a mediados del siglo XVIII casi no existen.
Las mujeres recibían 100 azotes y ser condenadas a 3 años de reclusión.
Son 254 los procesos incoados por este delito por el Tribunal de Murcia, de los que tan sólo 49 corresponden a mujeres. Es de advertir que al contrario de otros Tribunales el número de causas no sólo no desciende durante el siglo XVIII, sino que, por el contrario, aumenta, ya que de 83 en el siglo XVII pasan a 99 en esa centuria.
Son muchas las personas procesadas por la simple fornicación, aunque, por definición, ésta no puede, en modo alguno, ser considerada como un pecado. En realidad, el perseguir este tipo de delito consistió en una arbitrariedad de la Inquisición, quizá por confundirlo con lo que para ella era algo típicamente musulmán.
Fue a partir de mediados del siglo XVI cuando se empezó a atacar duramente a quienes profesaban estas prácticas, siendo el proceso más antiguo el celebrado en Sevilla en 1559. Ese mismo año salieron en auto de fe doce reos.
Desde el primer momento, a este "pecado" se le añadió la sospecha de herejía. De todas formas, que su extinción era prácticamente imposible es reconocido por la propia Suprema cuando, el 23 de noviembre de 1573, indica que los casos son muchos en todos los Tribunales y que, hasta el momento, se han conseguido muy pocos progresos.
Todas estas personas recibían un castigo de “200 azotes y 2 años de cárcel”.
En realidad, la inmensa mayoría de los procesados opinaban simplemente que hacer el amor con una mujer, siempre que ella consintiera y pagándoselo, no podía ser considerado pecado, lo dijese quien lo dijese, ya que, como decía el labrador murciano Francisco Manresa, "los hombres tienen que irse con mujeres, no con burras". Asimismo, es frecuente la idea de que si el hombre no está bien con su mujer, como no puede separarse de ella, al menos le es lícito irse a pasar el rato con otra.
Al otro extremo de la fornicación heterosexual se encuentra la homosexualidad, que, sin embargo, suele ser bastante rara en aquella época. En gran parte de la legislación secular era castigada con la hoguera. Sin embargo, en 1179, el Concilio de Letrán prescribió contra los clérigos reclusión en un convento de degradación. Por estas mismas fechas, los sodomitas eran castigados en España con lapidación y castración, pero los Reyes Católicos volvieron a encender las hogueras para ellos.
Al menos desde principio del siglo XVI, la Inquisición entendió de este delito, pues la de Sevilla, en 1506, procesó a varias personas y, al parecer, nada menos que 12 fueron quemadas. En un Breve de Clemente VII, de 24 de febrero de 1524, se ordena que estas causas sólo pueden ser conocidas por los Tribunales de Aragón, Cataluña y Valencia.
En definitiva, vemos que de los 117 procesos habidos por este delito, 100 son hombres y 17 mujeres, lo que indica que casi todos los procesados eran varones, siendo un caso raro entre mujeres, como ocurre en casi todos los demás tribunales.
Gracias al Dardo por su colaboración.

Publicado por: El pequeño Dardo (Alberto Zambade)

28 de junio de 2006

Leyenda Urbana de Madrid

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Hoy os presento una Leyenda Urbana de Madrid. Y dice así...
Extraño suceso en la base aérea de Torrejón

DOS SOLDADOS DE GUARDIA OBSERVAN EXTRAÑOS FENÓMENOS EN UN HOSPITAL ABANDONADO MIENTRAS HACÍAN UNA RONDA

"Esta historia es real porque yo mismo la viví". Nos comenta uno de los Guardias civiles.
Ocurrió en la base aérea de Torrejón donde la guardia solía hacer ronda pasando por delante de un hospital abandonado por los americanos que allí se encuentra. Una noche, en una de esas rondas, mi compañero y yo junto con un perro policía de la guardia patrullábamos en Patrol por delante, y vimos que se encontraban encendidas las luces de los servicios de la planta de abajo del hospital, cosa rara, pues sabíamos que allí no había luz.
"Pensamos que quizá la hubiesen conectado para realizar algunas obras o algo, así que no le dimos importancia y fuimos a apagar los interruptores del cuarto de baño, con bastante respeto, ya que el lugar daba bastante miedo en sí y además conocíamos varias historias del sitio.
"Allí pudimos comprobar que el resto de las luces no funcionaban, sólo las del baño, lo cual nos extrañó bastante pues si habían conectado la luz del edificio deberían funcionar todas, así que la apagamos rápidamente y seguimos la patrulla.
"Posteriormente, sobre las dos de la madrugada, pasamos de nuevo, y volvimos a ver luces prendidas, esta vez en una de las habitaciones de la segunda planta, pero esta vez por miedo decidimos no apagarlas y seguir como si nada.
"Media hora después las luces estaban apagadas, a lo que pensamos que podía ser un niño de los chalets militares que había al lado, el que estaba jugando en el hospital con las luces, a lo que decidimos volver al hospital, ya que allí no podia haber nadie.
"No habíamos salido del Patrol cuando se enciende otra luz de la segunda planta y nuestra teoría quedó reforzada.
"Buscamos por todo el hospital y no vimos a nadie, así que apagamos las luces, pero cuando cuando íbamos por el pasillo principal del segundo piso buscando la salida una luz de una habitación por la que acabábamos de estar, se enciende de repente.
"Mi compañero me mira y sin decirnos nada nos dirigimos a la habitación cautelosos para ver qué ha pasado. En ese momentola tensión es muy grande, y el lugar y los ruidos del sitio no ayudan precisamente, pero la curiosidad nos puede más que el miedo.
"Yo voy delante, y mi compañero tres metros detrás con el perro, pero unos diez metros antes de llegar a la habitación suena un timbre: Es el ruido del ascensor que se pone en marcha, lo que me aterroriza pues el ascensor tampoco ha funcionado desde que se quedó el hospital vacío.
"En ese momento, mi compañero está justo delante de la puerta del ascensor, y después de mirarnos fijamente mi compañero se queda mirando a la puerta.
"Dos segundos después la puerta se abre, yo no puedo ver lo que había dentro del ascensor, pero mi compañero sí, y lo que sí puedo ver es su cara de terror. El perro enseguida se suelta de mi compañero paralizado y se va gimiendo con el rabo entre las patas.
"Son sólo unos tres segundos pero yo sólo puedo mirar a mi compañero, hasta que le llamo:
"-Carlos.
"Éste no contesta:
"-Carlos ¿qué pasa?
"Yo no me muevo, y mi compañero sólo mira al ascensor, sin reaccionar. El ascensor se cierra entonces, y Carlos sigue mirando la puerta durante un segundo, después me mira y puedo ver cómo una lágrima recorre su mejilla mientras aún mantiene esa expresion de miedo.
"Ahora soy yo el que no puede reaccionar, en ese momento mi compañero se gira rápido, llama al perro como si se acabase de dar cuenta de que se había ido. Al ver que éste no está sale corriendo a buscarle.
"Esta escena sólo fue de escasos treinta segundos desde que se oye el timbre, pero lo recuerdo como si fuese una hora entera.
"Yo salgo detrás de Carlos, pero me pierdo en el hospital. Al salir poco depués le veo llorando sentado en el suelo con la cabeza entre las piernas al lado del Patrol.
"-¿Qué ha pasado? -Le pregunto.
"-Vámonos de aquí, por favor -me dice. Miro al perro que está junto a él tumbado, llorando.
"-Sí, nos vamos -le digo.
"Cogimos el Patrol y seguimos patrullando, la ronda no fue igual, mi compañero no me hablo más ese día, estaba en otro sitio, ido totalmente. El nunca volvió a ser el mismo, y nunca conseguí que me dijese qué vio en el ascensor del hospital.
"Carlos se suicido tres meses después y a mí nadie me creyó, a pesar de que todos mis compañeros veían a un Carlos diferente desde aquella noche."
Espeluznante, ¿Verdad?...

26 de junio de 2006

Leyenda Griega

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Hoy vengo cargado de nuevas leyendas, pero esta vez con dos muy especiales. Las leyendas son el argumento que más se mueve por Internet y al que más aficionados recoge entre sus incontables historias tan particulares, quizás porque en su interior se unen lo místico y lo enigmático, la pura realidad transfigurada que juega un papel fundamental en todas las Leyendas.

Pues bien, no os quiero hacer esperar más tiempo. Os dejo con “La leyenda de María Soto”, una fiel lectora de las Leyendas del Dardo. Espero que os guste.

Saludos cordiales.
El MITO GRIEGO DE ÓRFALE
Por: María Soto de Alcantarilla (Murcia)

Un día en que Heracles y Órfale visitaban las viñas de Tmolo, ella con una túnica purpúrea con bordados de oro y el cabello perfumado, y él sosteniendo galantemente una sombrilla dorada sobre la cabeza de ella, Pan los vio desde una alta colina. Se enamoro de Órfale y se despidió de las diosas de la montaña exclamando: “¡En adelante ella sola será mi amor!”. Órfale y Heracles llegaron a su destino, una gruta apartada, donde se divirtieron cambiando las ropas. Ella le puso un cinturón de malla absurdamente pequeño para su cintura y su túnica purpúrea. Aunque Órfale aflojó las cintas todo lo posible, él rompió las mangas, y los lazos de sus sandalias eran demasiado cortos para abarcar el empeine de Heracles.
Después de cenar fueron a dormir en lechos separados, pues habían prometido hacer al amanecer un sacrificio a Dionisio, quien exige la pureza marital de sus devotos en esas ocasiones.
A la medianoche Pan se deslizó en la gruta y buscando a tientas en la oscuridad encontró lo que creía que era el lecho de órfale, porque quién dormía en él estaba vestido de seda. Con manos temblorosas levantó las sábanas del lecho desde el fondo y se introdujo en él, pero Heracles despertó, extendió una pierna y lo arrojó de una patada como un gusano a través de la gruta. Al oír un fuerte estrépito y un grito, Órfale saltó de su lecho y pidió luces, y cuando éstas llegaron, ella y Heracles se echaron a reír hasta llorar al ver a Pan tendido en un rincón y curándose las magulladuras.
Desde ese día Pan aborrece las vestimentas y exige que sus funcionarios asistan desnudos a sus ritos; fue él quien se vengó de Heracles difundiendo el rumor de que su caprichoso cambio de ropas con Órfale era habitual y perverso.

Funte: MARIA SOTO de Alcantarilla (Murcia)
Preciosa...

21 de junio de 2006

La leyenda de la Noche de San Juan

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La leyenda de la Noche de San Juan
Esta noche se abre la puerta que nos introduce al conocimiento del futuro y a las dimen-siones mágicas de la realidad. es la noche en que los entierros arden, el Diablo anda suelto y los campos son bendecidos por el Bautista.
En la mañana, muy temprano la gente se lava el pelo y la cara con las aguas bendecidas y comienza a llamar, tres veces consecutivas:
-¡San Juan!, ¡San Juan!, dame milcao yo te daré pan.
La noche anterior dos han sido los eventos más importantes: el baile del tropom y las pruebas.
Algunas de estas pruebas son:
l. La joven que sale al amanecer y se encuentra con un perro su marido será un goloso perro durante su vida. (Castro)
2. Al salir, después de las 12, se encuentra con un gato negro es mala suerte para el futuro - felicidad si el gato es de otro color. (Cbulín)
3. Si sale, luego de medianoche, con una gallina negra y da vueltas siete veces la casa, encontrará al Diablo. (Chulín)
4. Al primero que encuentra y abraza, luego de las 12, puede ser su pareja. (Matao)
.5 Si a medianoche se hace una cruz en los árboles, producirán el doble. (Matao)
6. Si a las 12, mira la luna y después la higuera, la verá florecer. (Chulín)
7. La higuera y el "pesebre" (helecho) florecen esta noche. Quien posea una de estas flores será muy afortunado.
8. Quien vea florecer la yerba buena esta noche será muy afortunado siempre que lo mantenga en secreto. (Matao)
9. Si entierra una haba y la va a ver a medianoche de San Juan, florecerá. (Chulín)
10. En la víspera se planta la flor de la hortensia, en un tarro con tierra y agua. Luego se le hace un pedido poniendo fe en el bautismo de San Juan. (Achao)
11. Hay que lavarse las manos con agua de vertiente para maintenerse joven y el cabello para conservarlo hermoso. Esa noche las aguas están benditas por el Bautista. (Cheniao)
11. Cuando llueve esa noche o al día siguiente, va a haber abundancia de manzanas. (Achao)
13. Antes de la salida del sol hay que regar los árboles con agua de vertiente, para que den bastante fruta durante el año. (Achao)
14. Para tener buena siembra hay que tirar un pedazo de vela la noche de San Juan. (Quenac)
15. Si esa noche se pide bajo la higuera que la quiera su enamorado, saldrá cierto. (Quenac)
16. Para obtener riqueza hay que descuerar un gato negro en la montaña y con ese cuero hacerse una billetera. (Cheniao).
17. Para obtener una llave mágica hay que cocinar vivo un gato negro en pleno monte, encerrándose en un círculo para que las visiones queden fuera. Una vez cocinado, uno de los huesos tendrá la virtud de abrir cualquier puerta. (Castro)
18. Para aprender a tocar guitarra hay que colocarse durante esta noche bajo una huiguera (Tocoihue) o bien en el encuentro de cuatro caminos donde aparecerá el Diablo a enseñarle (Chulín).
19. Si uno mira al espejo la Noche de San Juan aparecerá el Diablo.
Fuente: Diccionario de Mitos y Leyendas - Equipo NAyA

17 de junio de 2006

Leyenda de la India

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La leyenda de los cuatro encuentros

Le había sido dicho al Rey Troyen que si quería evitar que su hijo lo abandonase, tenía que aislarlo del mundo e impedirle ver el sufrimiento. Era una tarea difícil de imaginar para un Rey, pero debía conseguirlo y, a su vez, educarlo mientras gobernaba al mismo tiempo.

En cualquier caso, todo el esfuerzo que su padre puso fue en vano. Atenón, hijo de Troyen, siempre iba acompañado de su padre. Un buen día Atenón le dijo a Troyen que quería dar un paseo por la ciudad y Troyen, le propuso a su hijo que le llevaría a dar cuatro paseos sucesivos.

En el primero vio a un viejo arrugado, trémulo y apoyado en un bastón, que tenía dificultades al andar.

-¿Qué es eso?-preguntó Atenón, frunciendo el ceño, mientras sus ojos seguían con enardecimiento al viejo errante y a su torpe caminar.

-Ese señor, a lo que tú llamas eso, es la vida-respondió Troyen a su hijo.

La misma cuestión le planteó Atenón a su padre, cuando doblando hacia la derecha se encontraron delante de sus narices con un entierro y, mucho antes, con un mendigo que estaba tapado y acurrucado con cartones y medio moribundo y enfermo, con la mirada perdida en el Limbo y el rostro lleno de llagas.

Su padre, Troyen, le explicó a su hijo detenidamente aquellas horribles imágenes. Atenón conoció entonces, por palabras de su padre y después de grabar aquellas imágenes en su mente, el dolor y la muerte y el tiempo que todo lo consume.
Sin embargo, en el cuarto paseo, se encontraron con un hombre espantosamente flaco, abatido por el hambre, que sujetaba en su mano izquierda un tazón para recoger las limosnas que le daba el gentío. Y, con todo su pesar, conservaba la mirada serena de un vencedor. Era un monje ermitaño. Un hombre que había vencido el dolor, la muerte y la angustia al soportar las enfermedades y la falta de comida durante muchísimo tiempo. Fue en busca del Atman, el yo personal, el yo interno de cada cual. Y a este lo enfrentó con el mar del eterno, del ser que fluye de las apariencias ilusorias.

De vuelta a casa Troyen, permaneció cayado y concentrado, mientras observaba a Atenón con admiración. Atenón tomó la misma conducta que su padre de vuelta a palacio y, envuelto en fuscos pensamientos, se limitó a caminar, con la mirada perdida, en dirección a su celda real que durante tantos años llevaba cobijándole. Aquel día Troyen daría una gran fiesta en palacio, para celebrar el día en que nació Atenón.

A la mañana siguiente, Atenón, se acercó al pie de la cama de matrimonio y miró a su mujer y a su hijo como dormían, se movió sigilosamente hasta el borde izquierdo de la cama y se sentó junto a ellos un instante, teniendo máxima cautela para no hacer ningún ruido que pudiera romper su belleza durmiente y les beso a ambos. Y, volviéndose despacio, se alejó de sus vidas para siempre.
Salió de palacio, cuando la luz de la luna alumbraba en su máximo esplendor los caminos por donde habían paseado durante largo rato por la mañana, a lomos de su veloz caballo Isilbar. Y juntos caminaron hasta que lograron estar lo suficientemente lejos de palacio. Entonces, Atenón, mandó a su caballo, Isilbar, que volviera a los lomos de su hijo. Él, mientras, decidió seguir a pie el resto del viaje.
Caminó entre penumbras que nublaban sus pensamientos de miedos e incertidumbre. Y, más adelante, entre unos matorrales logró divisar a un mendigo. Atenón le propuso hacer un cambió de ropajes y el mendigo cedió encantado, llevaba tantos años envuelto entre pobreza que acogió sus ropajes como si le dieran oro a un pirata. Luego con su afilada espada se cortó el pelo como un mendigo y, descalzo, decidió continuar su camino al encuentro de los ermitaños.

En aquel momento, rompió los vínculos de las ilusiones: Buscaba ahora la certeza y el sentido del Yo absoluto, porque pensaba que así, quizás, daría sentido a su vida.

15 de junio de 2006

Leyenda de las tormentas mexicanas

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La casa del trueno

Cuentan los viejos y las viejas leyendas de México que, entre Totomoxtle y Coatzintlali, existía una caverna en cuyo interior los antiguos sacerdotes habían levantado un templo dedicado al Dios del Trueno, de la lluvia y de las aguas de los ríos. Eran tiempos lejanos en los que aún no llegaban los hispanos ni las portentosas razas, conocidas hoy como Totonacas, que poblaron el lugar que después llamaron Totonacan.
Siete sacerdotes se reunían cada tiempo, en que era menester cultivar la tierra y sembrar las semillas y cosechar los frutos; siete veces invocaban a las deidades de esos tiempos y gritaban y entonaban cánticos a los cuatro vientos y hacia los cuatro puntos cardinales, porque según las cuentas esotéricas de esos sacerdotes, cuatro por siete eran 28 y de veintiocho días se compone el ciclo lunar.
Esos viejos sacerdotes hacían sonar el gran tambor del trueno y arrastraban las pieles disecadas de los animales que habían dado caza anteriormente, por todo el interior de la caverna y luego lanzaban flechas encendidas al cielo. Poco después atronaba el espacio furioso de truenos, centellas y relámpagos que cegaban a los animales de la selva y a las especies acuáticas que moraban en los ríos.
Llovía a torrentes y la tempestad hacía temblar las cuevas durante muchos días y muchas noches. Había veces en que los ríos Huitizilac y el de las mariposas, Papaloapan, se desbordaban cubriendo de agua y de limo las riberas, causando inmensos desastres. Y cuanto más arrastraban las pieles de los animales disecados por su caverna, mayor era el ruido que producían los rayos al chocar contra la superficie de la tierra. Pues, cuanto más golpeaba el gran tambor ceremonial que habitaba en las nubes, mayor era el ruido de los truenos y relámpagos. Aquello tenía un significado mayor cuanto mayor era el número de flechas incendiarias que caían del cielo.
Pasaron los siglos...
Y un buen día arribaron al lugar, varios grupos de personas ataviadas de un modo singular, trayendo consigo otras costumbres, otras culturas, otras leyes y otras religiones.
Se decía, que los venidos de otras tierras que allende el gran mar de turquesas (Golfo de México) tanto para los hombres, como para las mujeres y niños, tenían la característica de estar siempre sonriendo como si fueran los seres más felices de la tierra. Tal vez esa alegría se debía a que después de haber sufrido mil penurias, en las aguas borrascosas de un mar en convulsión, habían por fin llegado a las costas tropicales, donde había de todo, así frutos como animales de caza, agua y un clima hermoso.
Se asentaron en ese lugar al que dieron por nombre, en su lengua Totonacan y ellos mismos se nombraron totonacas.
Pero, los viejos sacerdotes, los siete sacerdotes de la caverna del trueno, no estuvieron conformes con aquella invasión de los extranjeros, que traían consigo una gran cultura y se fueron a la cueva a producir truenos, relámpagos, rayos, lluvias torrenciales y aguaceros imparables, con el fin de amedrentarlos.
Llovió mucho durante varios días y varias noches, hasta que alguien se dio cuenta de que esas tempestades eran provocadas por los siete hechiceros, los siete sacerdotes de la caverna de los truenos.
No siendo amigos de la violencia, los totonacas los embarcaron en un pequeño bajel y, dotándoles de provisiones y agua, los lanzaron al mar de las turquesas en donde se perdieron para siempre.
Pero, ahora era preciso dominar a esos dioses del trueno, de las lluvias… para evitar el desastre del pueblo totonaca recién asentado, para ello, se reunieron los sabios y los sacerdotes y las gentes principales y decidieron:
“Que nada podría hacerse contra esas fuerzas que hoy llamamos sencillamente naturales y que sería mejor rendirles culto y pleitesía. Pues, adorar a esos dioses y rogarles, sería lo mejor para un pueblo, que acababa de escapar de un monstruoso desastre.” Fueron las palabras que dijo un humilde Totonaca, al resto que escuchaba atentamente.
Y en ese mismo lugar en donde se ejercía el culto al Dios del trueno, los totonacas y sus hombres sonrientes, levantaron el asombroso templo del Tajín. Sin duda, una gran obra maestra realizada por la mano del hombre. En su propia lengua, Tajín, quiere decir lugar de las tempestades. Y no sólo se rindió culto al Dios del Trueno, sino que se le imploró durante 365 días, como número de nichos tiene en su interior en la actualidad, que sirven para invocar el buen tiempo, en cierta época del año, y la lluvia, cuando es menester fertilizar las sementeras.
Lleva miles de años levantado ese maravilloso y misterioso templo conocido en todo el mundo como pirámide o templo de El Tajín, en cuyo interior curiosamente parecen generarse las tempestades, los truenos y las lluvias torrenciales que ocurren en la zona de México.
Así nació la pirámide de El Tajín y su leyenda y así fue levantada con veneración y respeto al Dios del Trueno. Y es adorado por todas aquellas gentes que vivieron mucho antes de que llegasen los extranjeros a poblar sus tierras, quizás cuando el mundo comenzaba su camino y su existencia.

(Leyenda Totonaca - México)
Foto del templo de El Tajín:

13 de junio de 2006

Leyenda de Orochi

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LA LEYENDA DE OROCHI

Aquí tenéis la leyenda original de Orochi. Esta leyenda ha influido en muchos animes como el conocido "Blue Seed", "Yakumo Tatsu" o quizás el que más o suene de los tres el videojuego "King of Fighters". Se la dedico a Nuria Cubero y dice así:

Cientos de años atrás, en Japón se creía que los dioses, las bestias y los humanos solían vivir juntos compartiendo la tierra. Los humanos rendían sacrificios a los dioses como gratitud por los poderes sobrenaturales que usaban para ayudarlos, los monstruos y las bestias rara vez molestaban a los humanos. Pero el balance entre humanos, dioses y bestias se perturbó cuando Izanagi, el primer rey de los dioses (su equivalente en la mitología griega sería Zeus) fue a la guerra en contra de su esposa Izanami (Gea, la madre tierra para los antiguos griegos). La guerra trajo como consecuencia el nacimiento de seres malvados, los Oni (Ogros) usados como soldados y los dragones quienes surgían de las plantas que se alimentaban de la sangre derramada de los dioses.
Por supuesto, no todos estos nuevos seres eran malvados, pero el mal surgió en los corazones de muchos dioses durante la guerra, ya que estaban expuestos a las llamas de los infiernos. Así fue como los dragones nacidos de esa sangre fueron malvados también. "Yamata no Orochi" o el "Dragón de las Ocho Cabezas" fue una de las malvadas criaturas nacidas de la sangre de las divinidades en conflicto.
La tierra de Izumo (lo que es ahora la prefectura de Shimane) fue bendecida con la presencia de una hermosa princesa conocida como Kushinada. Orochi invadió Izumo con su presencia poco después de que Kushinada cumpliera 16 años y demandó el sacrificio de ocho doncellas cada luna plena para apaciguar su apetito. Si el sacrificio no se rendía, los habitantes verían sus tierras destruidas. Los años pasaron y más doncellas eran sacrificadas, hasta que al final sólo quedó la princesa Kushinada.
El dios Susano-o visitaba esas tierras por aquel entonces y quedó perdidamente enamorado de la princesa, al espiarla por una ventana. Susano-o prometió al rey de Izumo que él destruiría a Orochi con la condición de tomar a la princesa como esposa.
Se le presentaron ocho copas de vino a Orochi en la noche del sacrificio de la princesa Kushinada. El sirviente que llevó el vino insistió en que debían entretenerse con el alcohol antes de disfrutar la tan esperada comida. Orochi aceptó y bebió con sus ocho cabezas de las respectivas copas. No esperaron mucho antes de oír los fuertes ronquidos causados por la embriaguez de Orochi.
Fue, entonces, cuando el sirviente se quitó su disfraz y reveló su verdadera identidad; el dios del trueno, Susano-o. Éste cortó las cabezas a Orochi y de su ombligo sacó el sagrado medallón de la vida; la Magatama y las lágrimas de la última cabeza. Al morir Orochi, sus cabezas fueron transformadas en un espejo.
A cambio de la mano de la princesa Kushinada, Susano-o dejó su espada, la cual con el paso del tiempo se la otorgó con el nombre de "Asesina de Dragones" (Tatsukirimaru) o "Kusanagi Sword"(en algunos animes). El medallón Magatama y el espejo fueron entregados a Yata, la hermana menor de Kushinada.
Estos objetos son conocidos como "Los tres tesoros sagrados del Japón" y se dice que están custodiados en el Palacio Imperial, en Tokio.
(Leyenda Japonesa)

12 de junio de 2006

Leyenda de las lágrimas de sirena

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Hoy os presento un leyenda de Escocia, tierra de mitos y leyendas lejendarias.
Espero que os guste.
Lágrimas de sirena
Las ondinas que viven en los lagos de Escocia son conocidas por el nombre de Kelpies. Cuenta una Leyenda escocesa que uno de estos extraños seres se encaprichó de un monje, joven y muy listo, al que intentaba seducir de todas las maneras posibles. Su belleza era de una preciosidad nunca vista entre los mortales.
El Santo varón, astuto, la observó detenidamente e intentó que su mirada no le atrapara en su deseo. Pues, según la leyenda, el Santo consiguió resistir sus propósitos, arguyendo que primero tenía que aprender a vivir bajo el agua.

-¿Cómo me propones algo así?-le dijo el Kelpie.

-Sólo así conseguirás que estemos siempre juntos-respondió el Santo.

Como aquello era imposible, la kelpie acabó por despedirse de este proyecto amoroso, no sin antes haber derramado abundantes lágrimas, que se transformaron en guijarros de color verde gris, a los que los escoceses dan el nombre de "lágrimas de sirenas".

(Leyenda escocesa)

8 de junio de 2006

El fuego Sagrado

Hola Lectores:

Si queréis publicar algo en mí blog para que lo vean los demás, enviármelo al e-mail: alberto.zambade@hotmail.com y en breve será publicado.

Saludos del Dardo

El fuego Sagrado

El que siempre existió, vivía rodeado por densas y oscuras neblinas allí donde se juntan el cielo y el mar, hasta que un día, pensando en su terrible soledad, lloró y lloró por un tiempo incontable... y así sus lagrimas formaron a Arrok, el mar primitivo... El eterno Kóoch al advertirlo dejó de llorar, y suspiró... Y su suspiro fué el principio del viento... Entonces Kóoch quiso contemplar la creación: se alejó en el espacio, alzó su mano y de ella brotó una enorme chispa luminosa que rasgó las tinieblas. Había nacido el Sol.
Con él la sagrada creación tuvo la primera luz y el primer fuego, y con él nacieron las nube...
Y los tres elementos del espacio armonizaron entonces su fuerzas para admirar y proteger a la tierra de la vida perecedera que Kóoch había hecho surgir de las aguas primeras.
Andando el tiempo Elal, el héroe-dios, el nacido de la Nube cautiva y el cruel gigante Nóshtex, creó a los Chónek (hombres) de la raza tehuelche en las tierras del Chaltén... y fué su organizador, protector y guía.
Y entre otras muchas cosas, como Elal viera que sus criaturas tenían frío y oscuridad, cuando el Sol no estaba en el Cielo, les enseño a hacer fuego, el mismo que les permitiera vencer a la nieve y al frío en las laderas del Chaltén, el que brota cuando golpean ciertas piedras...
Dicen que a partir de entonces los tehuelches ya no temieron a la oscuridad ni a las heladas porque eran dueños del secreto del fuego, y el fuego era sagrado para ellos porque se los había dado su padre creador...
(Leyenda Tehuelche - Patagonia chileno-argentina)

2 de junio de 2006

La Cueva de la Mora

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Saludos del Dardo

Hoy os presento una leyenda clásica del Madrid antiguo. Espero que os guste.
La Cueva de la Mora
(Leyenda Madrileña)

En tiempos de las Cruzadas, vivía en las cercanías de Madrid, un rico moro, tan famoso por sus riquezas como por la belleza de su única hija, quien, a pesar de los muchos jóvenes que la pretendían en matrimonio, no mostraba ningún deseo de casarse.
Sucedió que una tarde, durante un paseo por las orillas del Manzanares, se encontró con un joven caballero cristiano, que abrevaba a su caballo y de ese encuentro, nació un amor tan intenso, que enseguida desearon contraer matrimonio.
Los jóvenes fueron a pedir permiso al padre de ella, que se negó rotundamente a la boda y ordenó que el joven fuera expulsado de su casa y encerró bajo siete llaves a su hija.
Desesperado, el joven le hizo llegar un mensaje de despedida a su amada y embarcó hacia Tierra Santa a luchar contra el infiel.
La joven mora, espero en vano años y años el regreso del caballero. Jamás volvió a tener noticias suyas y tampoco jamás quiso casarse con ninguno de los pretendientes que su familia le propuso. Su padre amenazaba, su madre rogaba, pero nada podía convencerla de que tomara esposo.
Por ver si conseguía doblegar su voluntad, su padre ordenó que fuera encerrada en una cueva de pastores y que sólo se le diera para alimentarse pan y agua y unos pobres harapos con que cubrir su cuerpo.
Pero todo era en vano. La joven no opuso resistencia ninguna y se dejó encerrar y encerrada siguió llorando y recordando la fecha de la partida de su caballero.
Al cabo de algunos meses, las sirvientas que le llevaban a la cueva el pan y el agua, la encontraron muerta.
Cuentan que todos los años, en la fecha de la partida de su caballero, el espíritu de la joven mora, aparece en lo alto de algún otero, con la vista fija en el horizonte, esperando ver el regreso de su amado.

Curiosa leyenda ¿verdad?...

(Leyenda Madrileña)